Absolutamente invisible desde el fondo del salvaje cañón del Urubamba, a una altitud de 2.500 metros a la sombra de Huayna Picchu, consagrada en un pedestal de granito inexpugnable, la fantasmal "Ciudad Perdida" de Machu Picchu se mantuvo así en el verdadero sentido de la palabra. Permaneció oculta durante 400 años hasta que el investigador estadounidense Hiram Bingham lo redescubrió milagrosamente en 1911.
Absolutamente invisible desde el fondo del salvaje cañón del Urubamba, a una altitud de 2.500 metros a la sombra de Huayna Picchu, consagrada en un pedestal de granito inexpugnable, la fantasmal "Ciudad Perdida" de Machu Picchu se mantuvo así en el verdadero sentido de la palabra. Permaneció oculta durante 400 años hasta que el investigador estadounidense Hiram Bingham lo redescubrió milagrosamente en 1911.