En el apacible “Edén” del sagrado valle tropical de los Incas, a una altitud de 3,100 metros, se extiende el vasto complejo arqueológico de Pisac, una de las “capitales” imperiales. Una treintena de residencias de la mejor arquitectura rodean el Intihuatana elíptico, dedicado al culto astral.
En el apacible “Edén” del sagrado valle tropical de los Incas, a una altitud de 3,100 metros, se extiende el vasto complejo arqueológico de Pisac, una de las “capitales” imperiales. Una treintena de residencias de la mejor arquitectura rodean el Intihuatana elíptico, dedicado al culto astral.