El extraordinario ábside de Santo Domingo no es más que el templo semicircular del Coricancha, el templo dorado de cuento de hadas del sol de Cuzco. Cuando los conquistadores marcharon al Cuzco el 15 de noviembre de 1533, ¡fueron cegados por este panteón de oro!
El extraordinario ábside de Santo Domingo no es más que el templo semicircular del Coricancha, el templo dorado de cuento de hadas del sol de Cuzco. Cuando los conquistadores marcharon al Cuzco el 15 de noviembre de 1533, ¡fueron cegados por este panteón de oro!