Descripción

Frente al estanque de Tabalak, en Níger, los dos tuaregs en sus camellos forman un contraste sorprendente: uno podría imaginarlos mejor en las gargantas del Tassili. Los árboles están muertos, aunque sus raíces están en el agua. Esto se debe al hecho de que una piscina es, por definición, temporal y puede formarse tras una lluvia que cayó años después de la última. Combina esto con el hecho de que cuando los pastos escasean, los pastores cortan todas las ramas que todavía tienen algunas hojas para las necesidades de su rebaño. El terrible drama del Sahel se ha visto agravado por esta costumbre. - Níger - 1970

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